El "Dragón de hielo patagónico" permanece: Raras criaturas en la selva chilena

El "dragón de hielo patagónico" permenece: Raras criaturas en la selva chilena
 
La Patagonia tiene una forma de hacer que uno se sienta pequeño, en parte debido a su asombrosa magnitud. Las imponentes montañas, los fiordos resplandecientes, las pampas barridas por el viento y los cielos imposiblemente amplios... todos son impresionantes recordatorios de que aquí, en el "fin del mundo", reina la naturaleza y la grandeza es un hecho.
 
No es de extrañar, pues, que una criatura endémica de esta región sea conocida con el imponente apodo de "Dragón de Hielo Patagónico". Pero los nombres engañan. 

Porque no se trata de una amenaza reptiliana que recuerde a las bestias de Juego de Tronos. Es un diminuto insecto prehistórico, cuyo nombre científico es Andiperla willinki. Mide poco más de medio centímetro. Pero lo que le falta de tamaño lo compensa con su resistencia.

El Dragón de Hielo Patagónico es el único insecto que habita los legendarios Campos de Hielo Patagónicos. Miembro de la familia de las moscas de piedra, pertenece a un club muy exclusivo del reino natural: es un extremófilo, una criatura capaz de sobrevivir en condiciones que matarían prácticamente a cualquier otro animal. Y "sobrevivir" es decir poco: ¡pueden vivir hasta 100 años!

El dragón de hielo pasa toda su vida en el hielo de los glaciares, desde que nace hasta que muere, en parte gracias al glicerol, una especie de anticongelante natural en su sangre. Más allá de eso, poco se sabe de este diminuto habitante de la zona, teniendo en cuenta lo difícil que es encontrarlo y estudiarlo en estos parajes inhóspitos. Lo que sí saben los científicos es que se alimenta de crioconita, un tipo de polvo común aquí que, al limitar la reflectividad de los glaciares, puede contribuir a un deshielo más rápido. Dado que los glaciares de la Patagonia se derriten con rapidez, el dragón de hielo desempeña un papel importante en el mantenimiento del ecosistema de la región. 

Esta parte del mundo es un crisol natural: pocas criaturas han sido capaces de soportar los rigores de la vida en la Patagonia. Mientras deambula por sus parajes salvajes, tendrá la oportunidad de avistar la agreste fauna actual. Si practica senderismo por Sierra Bagueles, es posible que incluso descubra fósiles. Al fin y al cabo, hay poco desarrollo aquí abajo que perturbe la serenidad y cubra la historia natural. 

El dragón de hielo suele ser menos conocido que su antiguo homólogo, el milodón (o perezoso gigante). El animal, de 3 metros de altura, desapareció hace tiempo, pero puede ver dónde vivió en una excursión a la famosa Cueva del Milodón. No es probable que vea un Andiperla willinki, pero su existencia es un recordatorio de que éste es un entorno despiadado pero majestuoso en el que sólo sobreviven las especies más fuertes. 

Un lugar donde la resistencia es un requisito. Donde un gigante se ha extinguido, mientras que un diminuto "Dragón" permanece.